Mis hábitos de lectura han ido variando con los años. De pequeña detestaba tener que hacerlo, aún recuerdo a mi madre hablándome de mi amiga Cristina y diciéndome lo mucho que ella leía y que yo debería también hacerlo. "¿Por qué?" "Porque es bueno y se aprende mucho". Yo no terminaba de entender qué se podía aprender si en los libros todo era inventado, pero lo cierto es que así fue como me adentré en el mundo "El duende verde" y "El barco de vapor", una editorial que hacía estragos en aquella época y vendía los libros por colores según tu edad: empezabas leyendo los de color blanco, más adelante los naranjas... y cuando llegabas a los rojos era ya toda una mujercita (u hombrecito). He de decir que lo que empezó siendo una obligación se convirtió al poco tiempo en una de mis mayores aficiones en aquella época. Me pregunto si mi madre llegó a arrepentirse de su afán por hacerme leer cuando no paraba de pedirle libros nuevos... Recuerdo la única librería que había en el barrio en aquellos años y cómo yo entraba ilusionada, cogía la escalera y empezaba a mirar las entanterías para ver cuál de aquellos libros sería el que me compraría ese verano.
Evidentemente, mis gustos literarios fueron variando y pasaron de cuentos de piratas y vampiros que se enamoraban de preadolescentes humanas (y no hablo de "Crepúsculo", aún no había llegado...), a novelas sobre un grupo de chicos y chicas que vivían en un internado, sobre adolescentes americanas y no sé qué cosas más. Nunca he sido especialmente exquisita con la literatura, no me puedo considerar una erudita en el tema, simplemente leía (o devoraba, según la época) todo aquello que se me ponía por delante.
Como os decía, mis hábitos de lectura han ido variando, no siempre he sido una lectora voraz. Lo cierto es que desde hace unos años terminar una novela me ocupa mucho más tiempo que antes, supongo que la tecnología ocupa un espacio importante en mi vida (quizás demasiado) y si antes podía pasarme horas leyendo por las noches, durante los últimos años no podía más que leer 10 minutos sin caer rendida. Sin embargo, creo que casi siempre he encontrado fragmentos de libros que me han llamado la atención de una manera especial, que he subrayado, anotado... y después olvidado en algún cajón. A veces cuando los he vuelto a encontrar he vuelto a sentir lo mismo que la primera vez que lo leí, otras veces no.
En los últimos dos meses he topado con un par de libros que han logrado absoverme como hace tiempo no me sucedía. He vuelto a recrearme en sus personajes, sus escenarios y sus vidas, y también he descubierto nuevos "fragmentos que coleccionar".
Facebook, que muy a mi pesar ha terminado formando parte de mi vida, ha sido esta vez el receptor de esos textos. De ahí la idea de crear este blog, un lugar donde poder poner en orden esos pequeños tesoros y donde poderlos compartir.
Desearía que éste no fuera un blog creado exclusivamente por mí, sino que me gustaría poder compartir también vuestras "esencias y fragmentos", frases, cuentos breves, recomendaciones y comentarios, si así lo queréis, y crear un espacio a nuestro aire. El idioma y estilo corre de vuestra cuenta, ya nos apañeremos o pediremos traducción :)
Espero leeros pronto por aquí.